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La nueva señalización en Joaquín Sorolla: ¿mejor movilidad o solo una solución temporal?

Valencia sigue avanzando en la mejora de su infraestructura de movilidad, y esta vez, la estación de tren Joaquín Sorolla ha sido el epicentro de un cambio importante. Adif, en colaboración con el Servicio de Movilidad y la Policía Local de Valencia, ha puesto en marcha una nueva señalización para mejorar el acceso a la estación y, en teoría, hacer más fluido el tráfico en una zona que siempre ha estado plagada de problemas de congestión.

Joaquín Sorolla

Desde la semana pasada, los cambios ya son visibles en los carriles de circulación entre las puertas de la estación Joaquín Sorolla y la calle Francisco Largo Caballero. Cinco carriles han sido reservados exclusivamente para el uso de autobuses interurbanos y taxis, dejando poco margen para los vehículos privados. Esta decisión, aunque necesaria para ordenar el caos habitual, está destinada a provocar opiniones encontradas entre los usuarios.

Una solución rápida para un problema crónico

El nuevo «kiss and go» es una de las propuestas más destacadas. La idea detrás de este sistema es simple: se habilita un carril de espera para que los coches particulares puedan detenerse brevemente, lo suficiente para dejar o recoger pasajeros sin necesidad de estacionarse. Este sistema pretende evitar los estacionamientos indebidos, que han sido un problema recurrente en la zona, sobre todo en horas punta cuando el flujo de personas y coches es mayor.

Sin embargo, la clave está en el tiempo que los vehículos pueden permanecer en este carril. Está pensado para estancias muy cortas, prácticamente solo para dejar o recoger pasajeros sin que el conductor baje del coche. Para quienes necesiten más tiempo, se ha habilitado una zona de estacionamiento de rotación (zona azul) en la calle Mestre Sosa, y en el aparcamiento de la estación, los primeros 15 minutos son gratuitos.

¿Suficiente para evitar el caos?

A simple vista, estas medidas parecen ser una solución adecuada para regular una de las áreas más transitadas de Valencia. El uso exclusivo de carriles para autobuses y taxis promete hacer más eficientes los servicios de transporte público. Además, con la inclusión de un vial de cambio de sentido exclusivo para autobuses interurbanos, la fluidez debería mejorar significativamente.

Pero, ¿qué pasa con los vehículos particulares? Los conductores de coches privados solo cuentan con un carril de circulación y uno de espera en el área más próxima a la calle Largo Caballero. La restricción a un solo carril puede parecer insuficiente para el alto volumen de tráfico que pasa por la estación diariamente. Aunque la idea es que la mayoría de las personas utilicen el «kiss and go», la realidad es que no todos los viajes son tan rápidos como se planea.

Medidas adicionales para controlar el caos

No solo se han reorganizado los carriles, sino que también se han instalado bolardos en las aceras y se han habilitado más espacios para motocicletas. Estas medidas buscan evitar que los conductores estacionen de manera indebida en zonas que no están destinadas para ello, algo que ha sido un problema crónico en la estación de Joaquín Sorolla.

Jesús Carbonell, el regidor de Seguridad y Movilidad de Valencia, ha sido claro en su mensaje: el objetivo de estas medidas es garantizar la fluidez en la llegada y salida de pasajeros de la estación. Y aunque estas palabras suenan prometedoras, la implementación real de estas políticas es lo que determinará su efectividad.

La tecnología como aliada

Además de la reordenación de los carriles y la instalación de señalización, el pasado mes de julio, se instalaron cámaras de gestión del tráfico y nuevos semáforos en la zona. Estas medidas tienen como finalidad facilitar la salida de taxis hacia las calles cercanas, como Sant Vicent Màrtir y Mestre Sosa, que históricamente han sido puntos problemáticos por la alta demanda de transporte.

El uso de tecnología para controlar el flujo vehicular es una medida bien recibida. Las cámaras de tráfico permitirán un control más efectivo, y los nuevos semáforos deberían ayudar a reducir las esperas para los taxis, que juegan un papel crucial en el transporte desde y hacia la estación.

¿Será suficiente?

Aunque las intenciones detrás de estas medidas son claras, la pregunta que muchos se hacen es si estas acciones serán suficientes para aliviar el tráfico en una zona tan concurrida. Valencia sigue creciendo, y con ella, el número de personas que utilizan sus infraestructuras. No es raro ver cómo incluso las mejores ideas se ven abrumadas por la realidad del día a día en una ciudad en constante movimiento.

La nueva señalización y reorganización del tráfico en la estación de Joaquín Sorolla es, sin duda, un paso en la dirección correcta. Pero solo el tiempo dirá si será suficiente para mantener el caos bajo control o si se necesitarán medidas adicionales para garantizar una movilidad eficiente.