La ciudad de València sigue avanzando en su compromiso con la sostenibilidad y el bienestar urbano. Esta vez, a través de la regeneración de los tres jardines verticales de la Central Operativa de Saneamiento, ubicada en el barrio del Cabanyal-Canyamelar. Esta intervención, llevada a cabo por la Delegación del Ciclo Integral del Agua del Ayuntamiento, supone una inversión de 211.000 euros y forma parte de las iniciativas de la ciudad para mejorar la calidad ambiental y combatir el efecto “isla de calor”.
Un proyecto de gran envergadura
El concejal de Ciclo Integral del Agua, Carlos Mundina, ha sido el encargado de anunciar la finalización de estos trabajos, que concluyeron el pasado 7 de octubre. “Hemos intervenido en 450 metros cuadrados de superficie distribuidos entre las tres fachadas del edificio”, explicó Mundina, destacando que se ha utilizado el mismo sistema constructivo que ya existía, conocido como Babylon. Este sistema se basa en celdas metálicas de 90 litros de capacidad, rellenas de sustrato vegetal, que se suspenden sobre la estructura portante del edificio.
La regeneración ha consistido en sustituir el 100 % del sistema de vegetalización, manteniendo y reciclando todos los materiales que aún eran aptos para su reutilización. Este enfoque no solo promueve la sostenibilidad, sino que también reduce el impacto ambiental del proyecto, al minimizar el uso de recursos nuevos.
Fases del proceso
La regeneración de los jardines verticales se ha realizado en varias fases. En primer lugar, se desmontaron las celdas y se desmanteló el sistema de riego para su posterior acondicionamiento. Mientras tanto, en el vivero, las celdas fueron limpiadas y tratadas para eliminar cualquier signo de corrosión. También se reemplazaron los sacos y el sustrato, y se plantaron 15 especies vegetales por cada celda.
Una vez que las celdas estuvieron listas, se procedió a reinstalar el sistema de riego y los gaviones en las fachadas del edificio. Posteriormente, se realizaron tareas de mantenimiento, como la verificación del estado de las plantas, la gestión del riego y el control de plagas. El objetivo de este plan integral de cuidados es garantizar que las plantas se mantengan en perfecto estado durante su crecimiento.
Especies adaptadas a cada fachada
Uno de los aspectos más destacados del proyecto es la selección cuidadosa de las especies para cada una de las tres fachadas del edificio, que presentan diferentes orientaciones: este, sur y oeste. Según explicó Mundina, la paleta de especies fue seleccionada teniendo en cuenta la exposición solar, los vientos y la proximidad del mar, factores que afectan directamente al tipo de vegetación que puede prosperar en cada lado del edificio.
Entre las especies elegidas se encuentran las Lamiáceas, Geraniáceas, Asteráceas, Apocynáceas y Caryophylláceas, que han sido cultivadas en invernadero durante 12 semanas antes de ser instaladas en las celdas. Este tiempo en el invernadero ha permitido que las plantas enraícen correctamente, lo que facilita su consolidación una vez colocadas en las fachadas.
Beneficios de los jardines verticales
Los jardines verticales no solo embellecen las ciudades, sino que también ofrecen importantes beneficios ambientales. Carlos Mundina subrayó que estas fachadas vegetadas ayudan a reducir la temperatura, tanto en el edificio como en su entorno, combatiendo el efecto “isla de calor” que es común en zonas urbanas densamente edificadas.
Además, los jardines verticales aumentan la biodiversidad y actúan como filtros naturales del aire, al absorber partículas contaminantes, especialmente las partículas ultrafinas que pueden ser inhaladas por los habitantes de la ciudad. “Este tipo de intervenciones contribuyen positivamente a la salud pública y a la calidad de vida de los ciudadanos”, señaló Mundina.
Un modelo de sostenibilidad urbana
La regeneración de los jardines verticales de la Central Operativa de Saneamiento de València es un ejemplo más del compromiso de la ciudad con la sostenibilidad y la mejora del entorno urbano. Este proyecto, que combina soluciones tecnológicas con la integración de la naturaleza en el espacio público, no solo busca mejorar el aspecto estético del edificio, sino que también tiene un impacto directo en el medio ambiente y en la calidad del aire.
València sigue apostando por proyectos innovadores que hagan de la ciudad un lugar más habitable, con una visión de futuro que pone el bienestar de sus ciudadanos y la protección del medio ambiente en el centro de sus políticas. Los jardines verticales, como los de la Central Operativa de Saneamiento, son un claro ejemplo de cómo las infraestructuras verdes pueden mejorar la vida urbana.
Compromiso de València con la sostenibilidad
La renovación de los jardines verticales en la Central Operativa de Saneamiento es una iniciativa que demuestra el compromiso de València con la sostenibilidad y la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos. Con una inversión de 211.000 euros y una cuidadosa planificación, este proyecto no solo embellece el entorno, sino que también contribuye a reducir las temperaturas y a mejorar la calidad del aire en la ciudad.
València continúa liderando el camino en la creación de espacios urbanos sostenibles, y la regeneración de estos jardines verticales es un ejemplo perfecto de cómo las ciudades pueden integrar la naturaleza en sus infraestructuras para crear un futuro más verde y saludable.