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Restauración de las almenas de la Lonja: una apuesta por preservar el patrimonio de València

Las obras de restauración en la torre de la Lonja de València ya están en marcha y, aunque puedan parecer un proceso técnico, en realidad son una acción vital para preservar uno de los monumentos más icónicos de la ciudad. El Ayuntamiento de València ha invertido 47.790,28 euros en esta intervención, que busca reparar los daños en las almenas, unas estructuras fundamentales en la arquitectura medieval de la Lonja.

Las obras de restauración en la torre de la Lonja de València

Un proyecto planificado con precisión

Las obras comenzaron el 16 de septiembre, y se espera que duren alrededor de cuatro meses. La planificación es clave para asegurar que las reparaciones no solo sean efectivas, sino que respeten la historia y la integridad de la torre. La restauración de las almenas es un trabajo necesario, especialmente considerando que estas presentan grietas y costras provocadas por hongos y líquenes, así como un evidente riesgo de desprendimiento.

El Ayuntamiento, a través de la Concejalía de Cultura, adjudicó este proyecto el pasado mes de junio. El proceso involucra la consolidación de los elementos arquitectónicos afectados, el cosido de las fisuras y la integración de las partes dañadas. Todo esto busca garantizar que la estructura siga en pie por muchos años más.

Primeros pasos: asegurando la zona

El primer paso en la restauración ha sido la instalación de andamios y redes de seguridad. Esto no solo es crucial para proteger a los trabajadores, sino también para garantizar la seguridad de turistas y peatones que pasan por la Lonja, uno de los lugares más visitados de la ciudad. Parte de la plaza del Mercado y el Patio de los Naranjos han sido cerrados temporalmente para permitir que las obras avancen sin problemas.

La primera inspección ya ha dejado al descubierto varios problemas, incluyendo erosiones y cavidades en las piedras, así como elementos metálicos oxidados que han causado fisuras. El hallazgo más interesante ha sido un antiguo elemento metálico forjado a mano, que probablemente se usaba para sostener una bandera. Aunque es un detalle curioso, su presencia ha complicado el trabajo de restauración, pues requiere de especial cuidado.

Limpieza y tratamientos biocidas: salvando las piedras

Uno de los pasos más importantes de la restauración ha sido el tratamiento biocida, que busca eliminar los organismos que están deteriorando las piedras. Estos biotipos, como hongos y líquenes, han sido responsables de las costras visibles en las almenas. El tratamiento es delicado, pues debe eliminar estos organismos sin dañar la piedra subyacente.

La restauración también incluye una limpieza mecánica con cepillado y aspiración forzada, además de una limpieza química acuosa con jabón y alcohol. Este proceso de limpieza es crucial para devolver a la piedra su aspecto original, eliminando los restos de suciedad acumulados a lo largo de los años.

Trabajos en detalle: consolidación y protección

Además de la limpieza, se están llevando a cabo otras acciones fundamentales para asegurar la durabilidad de las almenas. El relleno de juntas y cavidades con mortero es uno de los pasos clave. Este material ayuda a reforzar las partes que presentan daños estructurales y a prevenir futuros desprendimientos.

Asimismo, el cosido estructural de las piezas en riesgo de caída se realiza con fibra de vidrio, un material moderno que ofrece una solución duradera y discreta. La consolidación de los sillares con una solución siliconada proporciona una capa extra de protección frente a la erosión y los elementos ambientales.

Finalmente, se está llevando a cabo la impermeabilización de la cubierta del casetón de acceso a la terraza y el acondicionamiento del cableado del pararrayos, que es vital para la seguridad de la torre.

Un emblema que debe conservarse

José Luis Moreno, el concejal de Acción Cultural, Patrimonio y Recursos Culturales, ha subrayado la importancia de estos trabajos. Según Moreno, la reparación es fundamental para garantizar la conservación del monumento y permitir que las futuras generaciones puedan disfrutar de la Lonja en todo su esplendor.

Cuando finalicen los trabajos, la torre recuperará todo su esplendor”, declaró Moreno, añadiendo que la Lonja es un símbolo de la ciudad de València y estas obras contribuirán a consolidar no solo la torre, sino también los elementos que forman parte de su historia.

Un monumento con historia

La Lonja de València es mucho más que un edificio antiguo. Declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1931, Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1993 y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996, la Lonja es una joya arquitectónica que ha resistido el paso del tiempo y las inclemencias del clima. Sin embargo, como cualquier estructura de estas características, requiere un mantenimiento continuo para evitar su deterioro.

Las almenas son una parte esencial de la torre y, por ende, de la Lonja en su conjunto. Estos elementos arquitectónicos, que en su origen servían para la defensa, son ahora símbolos de una era pasada, pero su conservación es vital para mantener la integridad histórica del edificio.

El papel de la Generalitat

Dado que la Lonja es un monumento protegido, las obras han contado con la autorización de la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana. Este tipo de proyectos deben pasar por un riguroso proceso de evaluación para asegurar que cualquier intervención respete el valor patrimonial del edificio.

Mirando hacia el futuro

La restauración de las almenas de la Lonja es un ejemplo de cómo las autoridades locales trabajan para proteger el patrimonio de València. Este tipo de intervenciones son clave para asegurar que la ciudad mantenga su riqueza cultural e histórica, no solo para sus habitantes, sino también para los miles de turistas que la visitan cada año.

Al finalizar estas obras, la Lonja no solo recuperará su esplendor, sino que estará mejor equipada para resistir el paso del tiempo. Este es un paso importante en la preservación de uno de los monumentos más emblemáticos de València, una ciudad que mira al futuro sin olvidar su pasado.