Sumergirse en la gastronomía valenciana es un viaje al corazón de la tradición, los sabores auténticos y una hospitalidad innata que hace sentir a cada visitante como en casa. En medio de la huerta de Valencia, se encuentra Ca Pepico, un rincón culinario cargado de historia que nace en 1930 de la mano de José Ferrer Rodrigo. Esta venta, ubicada en el Barri Roca de Meliana, ha pasado de generación en generación, cada una de ellas aportando su propio sello característico.
Historia y evolución de Ca Pepico
La historia de Ca Pepico es un relato de esfuerzo, pasión y amor por la cocina valenciana. José Ferrer Rodrigo, el abuelo de los actuales propietarios, se apartó de la agitada vida del puerto de El Grao de Valencia para construir una casa en el corazón de la huerta. Este enclave dio vida a lo que hoy conocemos como Ca Pepico.
En 1975, la decisión de convertir la casa en un bar fue de José Ferrer Coret, el padre de los actuales gerentes. Con el tiempo, sus hijos Ana y Pepe Ferrer Martí, tomaron las riendas del establecimiento y lo transformaron en un restaurante de tapas y comida tradicional, en el año 2000. Su enfoque radica en el uso de productos frescos provenientes del entorno cercano, especialmente de la huerta, manteniendo la manipulación al mínimo para resaltar los sabores naturales.
Una bodega de otro nivel
Uno de los grandes orgullos de Ca Pepico es sin duda su bodega. Con más de 500 referencias, ha sido merecedor de prestigiosos reconocimientos como el de “Mejor Servicio del Vino en el Restaurante” por Gastro Cope. El artífice de tan distinguida bodega es Pepe Ferrer, un amante del vino cuya pasión traspasa fronteras. Su conocimiento profundo de una amplia gama de vinos, desde jereces hasta burbujas, se refleja en cada recomendación que hace. Los clientes sienten la magia y el entusiasmo de Pepe, quien comparte su afición con maestría y sencillez.
El legado culinario de Ca Pepico
Ana Ferrer, la responsable de la cocina, ha sabido mantener la esencia de la cocina tradicional valenciana, adaptándola a los tiempos modernos sin perder su autenticidad. Los platos ofrecen una experiencia sensorial que va más allá del simple acto de comer. Desde que se cruza el umbral del restaurante, los comensales sienten la pureza de los productos de la huerta, reflejada en delicias como las croquetas de bacalao, finas y sabrosas, y las anchoas de Rafa López, que son sinónimo de excelencia.
El entorno que rodea a Ca Pepico es parte integral de la experiencia. La atmósfera rústica y auténtica ofrece un contraste encantador con el bullicio de la ciudad, que se encuentra a tan solo 10 minutos del centro de Valencia.
Deliciosas sorpresas en cada visita
Cada visita a Ca Pepico promete ser una experiencia única. Los comensales son tratados con un servicio personalizado por Pep Ferrer, quien asegura que cada plato y vino se adapte a las preferencias del cliente. Desde entradas de alcachofas en escabeche hasta el emblemático arroz o figatell, cada preparación es muestra de la rica tradición culinaria de la región.
Y por supuesto, la experiencia vinícola es imprescindible. Pepe sorprende a los visitantes con pequeñas catas de vinos que acompañan cada platillo, permitiendo disfrutar de una variedad extensa sin abrumar los sentidos. Su habilidad para maridar vinos con los platos es casi una exhibición de arte culinario digna de campeones.
En resumen, Ca Pepico es mucho más que un restaurante; es un templo gastronómico donde la tradición y la innovación se encuentran, creando una experiencia inolvidable para todos los que deciden aventurarse en este rincón de la huerta valenciana. La pasión de la familia Ferrer se refleja en cada plato, cada copa y cada sonrisa que profesan al hacer de cada visita un festejo culinario.
